Para siempre, de mi vida, algún día te irás.
Aunque te busque, nunca más te habré de encontrar.
La estrella, de tu frente, dejará de brillar,
pero siempre la ilusión de mi vida serás.
Tu presencia, a gozar, no volveré nunca más.
Tu imagen de vida, triste, habré de conservar.
Intacto en el tiempo y en su incesante continuar,
un recuerdo y mi amor eterno siempre tendrás.
Cuando mi estrella, a la vida, empiece a declinar;
la Natura imponga el tributo a contribuir
y, el tiempo impacte mi débil lucha a conservar,
habré encontrado el camino a tu nuevo vivir.
Naturaleza, privilegiando el don de amar,
en su seno eterno nos habremos de fundir.
Martín Fuentes Castillo.