Yo quería sentirme libre,
pero estaba encerrado entre cuatro paredes que me retenían.
2 de ellas las conformaban mi padre y las 2 restantes, mi madre.
Yo logré escapar de esas paredes,
de ese cuarto.
Yo quise abrir la puerta pero
Ellos mismos me dieron la llave y me indicaron la salida. Ahora estoy afuera de ese cuarto,
pero las paredes siguen vigentes,
ahora el cuarto está sin gente. Sé que cuando volveré usaré la misma llave que usé para salir. La cerradura no habrá cambiado,
y las paredes no estarán tan firmes como antes
pero sino cada vez más débiles,
más descoloridas,
más frágiles
menos sólidas,
pero dispuestas a mantenerme protegido.
Ahora de ese cuarto sólo me separa la cordillera,
digo SÓLO porque a los otros los separa el cielo.