Mi vida era otra.

Mi vida fue un contínuo malestar de desengaños
una seduciión de asfaltos y veredas
el ruido de un adiós que al paso de los años
siente la nostalgia de otras tantas esperas.
Mi vida se disculpó ante tamaños errores
y no aceptó las disculpas de lo querido
porque el amor no necesita perdones
porque se siente y así no calla en olvidos.
Mi vida apareció y se fue en un momento
cual luciérnaga cruel que su luz enmudecida
trató de costearle asuntos y extensos
coloquios de la noche a modo de despedidas.
Mi vida tuvo en la facultad de sus calles
al amigo íntimo de la mesa de algún bar,
con el café ardiendo en todos los detalles
y la mujer al lado de la mesa de un billar.
Mi vida es una magra expresión de los deseos
de algún gnomo que han mandado para cuidarme
y tuvo que volverse a sus paisajes inquietos
porque no pudo corregir ni aún transformarme.
Mi vida era otra...hasta ayer y hoy lamento
tener que decirle a sus cielos mis dolores
mi vida volvió a sumirse en mis adentros
y a muros de piedra que me recuerdan horrores.
Mi vida tal vez ya no esté predestinada
al amor que se siente por la mujer mensajera
de las fantasías eternas y la eterna mirada
que moja en el alma y algún dia se queda.
Mi vida supone un paso cercano a la muerte
si nadie extrañará mis pasos por sus aceras
para que la vida si me ha negado la suerte
de tenere la dicha afable de besarla en primavera.