Mirame despacio.

De repente viniste a mi tan impensada
que la sola imagen de tu alma en mi guarida
podría compensar el delirio de una mirada
en cada instrumento que me dejas en la vida.
Como a esas cosas de mieles y momentos
roces cansinos de variedades nuevas
fulgor y pasión donde cada movimiento
parece haber sido del alma sus secuelas.
Mirame despacio, desde adentro y hasta estonces
recuerdate en mis ojos situados en las ruinas
de algunas ilusiones que ven como se esconde
el amplio imaginar del nuevo día que avecina.