Juntos abrimos un mar de posibilidades,
abreviamos nuestro tiempo con decoro,
en cada corazón guardamos el tesoro
que es nuestro amor sin aparente veleidades.
Pasa el tiempo y deteriora lo que sentimos,
tristeza es alfombra a lo largo del sendero,
Pesa cada día, nuestro amor no halla asidero.
Recogemos los desganos de donde perdimos.
Una vez más el destino un sueño me niega.
Escondido lamento logra injuriar mi ofrenda
con el corazón vacío, ahora vago mi senda,
los desierto mas sombríos ambulo a ciega.
Te fuiste en el mejor momento, sin duda,
culpable soy; que en parte tan mía te sentía
alentado por mi sangre. Retenerte no podía,
el amor tácito a mi garganta su cuerda anuda.
Autor: Alcibíades Noceda Medina