No es que le busque
a la vida un por qué
cuando estoy a tu lado,
es, simple y sencillamente,
que me olvido de buscarlo.
Estamos en el medio de la penumbra,
donde tú y yo solemos amarnos,
sublimando esa acostumbrada ansiedad,
que nos hace sufrir e imaginar.
Tu alma y la mía,
tienen huellas de añoranza,
lágrimas,
que se vierten en la soledad del alma,
auroras,
que sueñan encontrarse cada mañana,
como rayos del sol acariciando las sábanas.
Me resguardo en tus labios,
en tus brazos,
son sueños, lo sé
tus besos, aún son deseos,
imagino aromas, ojos cerrados,
sueño cada segundo con besarte.
Otórgame el deseo de siempre soñarte,
déjame que sueñe,
no me despiertes
ahora que conozco el florecer de la pasión.
Abrazarte con un verso,
de un extremo a otro de nuestro universo,
un verso tan profundo como el mar,
repleto de olas y vientos.