Jamás causara asombro, obra hecha por sometimiento,
porque en cada fantasía aparente, habrá resto del dolor,
por opresión déspota, exagerada, que mengua el valor.
En la ignorancia dilucida, rubrica y al fin el escarmiento.
En cambio la naturaleza impone su majestuosidad armoniosa,
la maravilla se puede observar y redime el tiempo en sus pasos,
se encarna en este mundo mágico expectante sin retraso,
desde la aparente insignificancia hasta recava la más monstruosa.
Adentrándose entre la maraña y en el espectro sagaz indeleble,
fascinante éxtasis primitivo delirante e incomparable riqueza,
a merced de las manos lo primordial y como una tendida meza.
Mieles salvajes frutas silvestres, limpio arroyo que corre apacibles,
bajo los frondoso árboles antaño, cono señoreándose en el lugar,
¿acaso este es el paraíso terreno?, donde un día he de llegar.