La bendita lluvia me anunció tu ausencia,
aumentó la tristeza qe me invade;
probó de nueva cuenta mi poca paciencia;
soporto, porque siento que aún no es tarde.
Vivo todavía y buscaré mi gran anhelo;
aunque mil obstáculos halle en el camino,
intentaré llegar y habitar en tu cielo,
hasta ser parte especial de tu destino.
La sinceridad habita en tu tierna boca,
no tengo por qué de tus palabras dudar;
de tu gran verdad, por más, algo me toca,.
hace que te tenga siempre e mi altar.
Quizás te lamentes por no cumplir;
tal vez la conciencia te reproche;.
no te angusties, todo se puede redimir,
salgas de mañana, de tarde o de noche.
A tus faltas, no les busques explicación;
que la pena no detenga en nada tu sentir;
obedece a los impulsos de tu corazón;.
no te ciegues, que hay más por descubrir