Por mi madre, por mi madre te lo juro,
Y no debiera nombrarla;
Pero por ella aseguro,
Tengo miedo de encontrarte.
El corazón me lo dicta y yo le sigo los pasos,
No quiero en algún momento o uno de esos ratos;
Que te cruce en mi camino, sea bien por el destino;
O por la suerte maldita, que ya no nos tiene unidos.
Pues dicen que el diablo es puerco,
Y yo, y yo no juego con eso,
Más por eso es también que tengo miedo a encontrarte;
Porque él con su maldad, hasta me instigue a matarte.
Y perdón pido a mi madre, por haberla mencionado,
Pero tu olvido cobarde, me hace perder la razón;
Que mi propio corazón embargado en la nostalgia,
Tiembla con tu recuerdo y entre lágrimas se amarga.
Tal vez tú ya muy feliz, contenta y sonriente,
Te haces ver entre la gente, muy llena de pulcritud;
Y muchos te harán creer, que comparten tu alegría,
Es embuste, es fantasía, como la que vives tú.
Pero te digo otra vez, y mis palabras reitero,
Soy hombre y no me muero por falta de una mujer;
Te amé mucho y me engañé, por creerte fiel y pura,
Pero a ti, quien te asegura, matarte si te he de ver.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita