La inercia me atrapa.
Llegó lentamente,
sin avisar, sin preguntar.
Ahora mora en mi inconsciente
o quizás consciente?
Qué sé yo!
Está y perturba,
horada, hostiga
y prevalece.
Ya no hay deseos de ti
o los hay?
Es posible.
Sucedió hace tiempo,
de pronto no sentí,
ni vibré,
ni anhelé
y tampoco busqué
tus cotidianas palabras
mejor llamadas mentiras.
O escapé?
Seguro que te quiero
pero... y si no te quiero?
La inercia es tanta
que no busco respuesta,
prefiero envolverme en ella
y olvidar que existes,
que lastimaste,
que mentiste.
Me gusta esta inercia,
este desgano de ti.
Me gusta saber que ya no dueles
Me habré curado por fin?