Por amor a ti, mamá,
a cada mujer en el mundo,
no importa su condición,
la trataré con bondad,
con lealtad y admiración,
con la consideración
y el respeto más profundo.
Por amor a ti, mamá,
todo lo que me enseñaste
con infinita paciencia,
lo llevaré en mi conciencia,
tal como me lo indicaste.
Procuraré ser ejemplo
de virtud y honestidad,
en recuerdo a la bondad
que hacia todos derramaste.
Por amor a ti, mamá,
le daré a mi compañera
mi cariño y comprensión
sin ponerle condición,
con todo mi corazón;
pues en ella está el reflejo
de tu alma, pura y sincera.
Por amor a ti, mamá,
que me enseñaste a ser bueno,
trabajador, generoso;
he de prestarme, gustoso,
comprensivo y respetuoso,
ante el sufrimiento ajeno;
dando mi apoyo, sereno,
al hermano pesaroso.
Por amor a ti, mamá,
por respeto a tu recuerdo,
ahora que ya no estás
a la sombra de mi huerto,
tu ejemplo voy a imitar
y tu amor a conservar
en este pecho desierto;
pues aunque no volverás,
mi cariño no está muerto.-