Regalame tus angelicales ojos,
que con su cafe color revestiria una sonrisa
en mi cara,
al no tener razon para sonreir,
ya que la distancia maldita
separa dos corazones,
adheridos por el sentimiento puro de afecto.
Prestame el matiz de tu piel,
que con su claro color restauraria el sol
en estos dias de nebulosa oscuridad,
al no tener motivacion para salir,
ya que la distancia cruda
separa nuestras manos
adheridas en cariño real.
Dame tu cabello,
que con su brillo y esplendor encenderia la luna,
pues desde que te fuistes no ha vuelto a salir,
al no tener yo, alguien con quien contemplarla,
ya que la incensata distancia
separa dos personas,
unidas por un mutuo sentimiento.
Te pido tu fuerza de voluntad,
para que la maldita, cruda e incensata distancia
no separe por completo, aquello que. . .
desde la distancia, quizas. . .
pueda sub-existir y sostener
esto que durante poco tiempo pudo
estar tan convexo y paralelo.
cristopher antonio moraga
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
11/02/10