Mujer meláncolica!

Con tu piel escapas al deseo de tenerme
razón sincera que recorren tus senderos,
mujer melancólica, induces sin quererme
y palpitas mis latidos en cada vertedero.
Con la sabia paciencia del néctar inconstante
saboreas mi cuerpo llavándolo despacio,
sabes buscar en mis más íntimos instantes
el momento justo de insertarme en tus espacios.
Con tu humedad de diosa latente acaparas
mis tiempos perpetuos y el goce de abstraerme,
en la plenitud divina ríes y comparas
la verdad de mi silencio tan solo sin quererme.