Si ya no puedo acariciarte,
para que quiero las manos,
las que transmiten mis oleadas de estrellas,
las que mueven el mar,
desde mi corazón hasta tu piel de seda.
Si ya no puedo besarte,
para que quiero mi boca,
la que te dice los -te quieros-,
la que penetra en tu alma,
mis suspiros de cielo.
Si ya no puedo mirarte,
para que quiero mis ojos,
todo lo que necesitan ver,
es tu imagen,
tu contorno,
le sobran el resto del mundo,
son sombras sin retorno.
Si ya no puedo amarte,
para que quiero la vida,
este amor,
es lo único que me dá fuerzas cada dia,
me cura todas las heridas.