De nada nos sirve el esfuerzo intentado,
porque siempre termina en agonía,
de nada nos sirve el amor deseado,
porque siempre nos aleja la alegría.
Nunca necesité a nadie que no fueras tú,
porque llenabas mi vida de hermosas ilusiones,
porque a cada uno de mis días le brindabas tu luz,
porque eras tú la melodía de mis canciones.
Yo que me entregué al amor ciegamente,
y la conclusión fue la destrucción de mi vida,
yo que amé con mi alma y con mi mente,
y la conclusión fue toda mi existencia herida.
Decías que me amabas pero no me comprendías,
decías que me amabas pero no te importaba,
decías que me amabas pero no me entendías,
decías que me amabas pero no me respetabas.
Según tú me comprendías pero yo a ti no,
según tú me amabas pero yo a ti no,
tus pensamientos eran falsos y lo sabe Dios,
porque si alguien te ha amado siempre, soy yo.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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