(A Heriberto Bravo B.)
No temo a tus besos, tampoco a tus rosas.
Ni a alguna vecina, que es más bien chismosa.
Ni a tu atenta prima, que es bien vanidosa.
Si vuelan bien lejos, como mariposas.
No temo al sol, tampoco a las diosas.
Ni temo a aquellas, que son ambiciosas.
Ni al viento en verano, ni a las maliciosas.
Qué alzan su voz, por ser venenosas.
No temo a aquellas que son ampulosas.
Ni a esas que son, demasiado fogosas.
Si tú y yo sabemos, que en esta amistad...
¡Se conjuga bien, nuestra afinidad!...
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!