No es a mí a quien ama

Salió el sol cuando caía la lluvia

y un arco-iris deslumbró mis ojos;

y en las gotas se reflejaron sus colores

y en mis pupilas unas lágrimas oscuras.

Y es que yo deseaba besar sus labios

y ella no pensaba en besar los míos;

y fue amargo imaginar que no me amaba,

porque yo la amaba a ciegas, con locura.

Caminé despacio y cabizbajo,

con ese miedo golpeándome al alba;

y sollozando, en silencio,

le recité esta hermosa poesía... 

"Es mi mirada la que sientes

marchitada en tu mirada;

y mi sonrisa la que muere

en el pozo de la nada.

Es un iluso te quiero

en el borde de mis lágrimas;

el que sufro en silencio,

el que sueño con el alma".

Y la lluvia, al escucharla,

no dijo nada;

tan solo se empapó de sus gotas,

y cuando se abrazó fuertemente

a ese hermoso iris de colores,

supe entonces a quién amaba

y por qué a mí nunca me amaría.