"Tú éres el arquitecto de tu propio destino".
con ésta sentencia final,
te dispones a afrontar el último tercio de tu vida...
tú lo pensaste, tú lo creaste o conseguiste,
tú, finalmente lo obtuviste.
El resultado en cuanto a experiencias gratificantes,
bueno., resultados con tus hijos:
puedo complacerme en ello.Pero el Amor,
el Amor, por Dios bendito,
qué desperdicio, a mi ver.!
Y a llorar otra vez, a recordarte, siempre!
a internarme por costumbre en los recovecos del pasado,
a intentar llegar a playas mas seguras,
(que ya nunca estarán)que pudieran otorgarme
la tranquilidad de un puerto bienhechor...
Nada, no lo obtuviste en su tiempo y ahora
nada tendrás;podrás estar gimiendo y llorando
en tu muy particular valle de lágrimas, pero
la dicha de tenerla, la alegría vital que desbordaba,
sus intensos besos virginales, su belleza dual,
ya no podrán ser para ti, y por desgracia
lo sabes bien.Maldado momento en que la perdi!
Involucra en mi alma tantos sentimientos !
que semeja un remolino en el que se mezclan
el Amor, la Dulzura, la Belleza, la Tristeza,
el colorido intenso de un día de sol,
o una hermosa noche con ella y la luna.
Al recordar su figura entre mis brazos, sentirla,
tenerla, vivirla! es simplemente lo que me queda
de vivencias tan hermosas como fugaces.
Y contestaré como acaba cada ramillete de recuerdos:
nadie, te lo juro, nadie, aunque repita inconciente
la frase tan trillada, te ha querido como yo...!