Hermosos tus ojos, cuando te miro,
la sonrisa reflejada en tus pupilas,
la caricia de tus párpados, avivan
esa mirada tuya, en los ojos míos.
Hermosos son tus labios, suaves y húmedos,
dibujan tu sonrisa cuando me miras.
La dulzura de mi lengua, saboreas,
provocando este temblor cuando me besas.
Hermosas tus mejillas, cuando acaricio,
demuestran en sus líneas, tu experiencia,
esa fortaleza con la que enamoras,
insinuante, logran mi desequilibrio.
Hermosas manos, rudas y varoniles,
suaves en las caricias que me prodigas.
Todo tu eres la expresión irresistible,
que ayer me cautivó con su presencia.