¿Quién podría olvidarte, si en tus brazos ha sentido
ese calor de ternuras como nadie lo ha tenido.
Tus rosas rojas aún siguen vivas con su ilustre corazón
Quien puede darles la muerte sin tocar mi corazón?
Acaso sea el viento, con su dulce caminar
El que mi voz no te lleve estos versos sobre el mar.
Tal vez sea la duda que se siembra en tu mirar,
Que ya no quiere trigales que te esperan ver danzar.
Sabes que mucho te quiero, que en los campos de algodón
Eres el más dulce abrigo, roble fuerte hecho canción.
Más tu pediste silencio , y en silencio me quedé
Esperándote como siempre bajo el cielo de un edén.
Allí sigo por las noches, a veces con desazón
Dejando que una lágrima caíga, sobre campos de razón.
Me niego a que estés tan lejos, de mis días dulce amor
Siento morir mis quimeras, y me nubla el dolor. 13/10/2004