Acudo(con el corazón en la mano)a la sucursal
de tu alma, a solicitar, en cálidad préstamo,
uno de tus oídos. Exígeme todas las garantías
que creas oportunas. Cláusuras abusivas,intereses
desproporcionados, no te importe nada, pues ningún
precio es demasiado alto.Solo quiero que me escuches,
en el sentido más nítido de la palabra. Así, pues
sintoníza la frecuencia en la que emito, en vivo
y en directo, lo que tengo que decirte.
¡Espera. espera, un momento.o dos! No tan rápido.
Mi boca te ha hablado otras veces, pero tus oídos decidieron
escuchar otras voces,del más allá y del más acá.
Pero el caso es que.¡Ah, ya entiendo! nunca has tenido,
ni tendrás oídos para mí. ¡Vaya, vaya . sin palabras!
Entonces, ya nada puedo hacer porque acabo de enmudecer,
para hablarte desde el más acá y del más allá.