Ganas de salir
a buscarte,
a pedirte un beso
y aferrarme.
A dibujar tu lunar
y enfermarme,
sigilosamente de ti,
sin despegarme.
Ganas de gritar
que eres hermosa,
o escribir
en este prosa
que tengo ganas
de embriagarme con tu aroma.
Ganas de recibir
lo que sea que salga
de tus labios,
ganas de mirarnos
y perderme en tus ojos,
juntar tus poros
con mi pulgar
y acondonarme en tu pecho.
Ganas de soñarte
algo despierto,
y mi otra parte
entumecida en tu lecho,
ganas de arrebatarte
ese deseo de mi ser,
el cual es, besarte.
Ganas de olvidar
la mujer que eres,
y poder pecar
al punto de una condena,
pero no soy capas
y me apena,
aunque estas ganas
me jueguen chueco.
Estas ganas de sembrar
algo en tu lecho,
ganas de empezar
algo perfecto.