De las manos tomados para emprender un viaje,
el viaje de los novios, con la bendición nupcial.
De las manos, salen desde el altar,
caminando triunfantes, con la ayuda del Señor.
Será largo el camino para vivir su idilio,
unas veces tendrán flores, otras nó,
porque es así, el camino del amor.
Madre del Divino Amor,
Tú, que eres la invitada,
invitada de predilección,
pídele a nuestro Señor,
como en las bodas de Canaa,
que en su boda y en su hogar
tengan vino, tengan pan.
Teniendo firmes los pasos,
prestos a continuar,
contando los dos con Cristo,
de tropiezos y caídas,
con confianza y esperanza,
podrán siempre levantar.
Virgen Guadalupana,
milagrosa en tu esplendor,
en la boda de estos novios,
pide vino en abundancia,
pide vino del mejor
Bendíceles su camino,
Madre del Divino Amor.