El rey que te ama, desde el propio cielo,
tu, una princesa tan delicada, tus labios rosas,
con las manos tocas y yo creo, que son tan rojos
que la sangre te brinda en par, dichosas.
Porque aquel Rey, ese de tus sueños
te miraba atento cuando despertabas,
te llevaba flores y muchas estrellas,
pero tus ojos tu no regalas,
porque tus ojos que son estrellas,
y son tus labios, y son las mieles
del paraíso dibujada en tierra,
mas que pena, porque te quiere y
tu lo quieres a el,
pero que pena, cariño, si destierra
la libertad de esas lagrimas
que quisiste desprender cuando te dije...
¡Te Quiero Princesa!
Ottooño Tristtezza
Julio - 2006