No hay poder en el mundo que pueda detenerme,
de llegar hasta tí, para poder yo verte,
solo debes decir que me amas con locura,
que sin mí morirías de tristeza y amargura.
He creido en milagros desde que yo me acuerdo,
y ya he esperado tanto por saborear tus besos,
que cruzaré montañas, los mares y los cielos,
flotando entre las nubes, viajaré en un momento,
con la dulce esperanza, de encontrarte sonriendo.
Pero si no lo aceptas, que mas yo puedo hacer,
el amor no se forza, se le deja crecer;
como llegué, me voy, te repito de nuevo
despacio, lentamente, y sin mucho revuelo.