Recuerdo brevas blancas
y recuerdo brevas negras
en el follaje denso de la higuera.
Quisiera volver a verlas
como entonces las veía.
Julio Verne y Salgari
merodean tenaces mi recuerdo
de niño feliz y entusiasmado.
Tal vez pueda leerlos
con la misma avidez que los leía.
Baldíos de greda, barriletes y vientos
no se vayan de mi ser,
para mantenerlo candoroso y libre.
Quisiera otra vez alzarlos
con esos hilos nudosos y sin apremios.
Aulas quietas, recreos sonoros
y vida por delante
y por delante, la vida plena.
Recuerdos que escuchaban y escuchan
mi voz de niño,
que, al contarlo hoy se quiebra.
Calles empedradas y mojadas del olvido,
sin ángeles caídos, sin alas rotas,
con repiques de campana y humos de incienso...
Y todo adquiere así significado,
sin que ya me importe si llovió en mi cara.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!