Me tropiezo con los escombros;
trozos de recuerdos
regados por doquier,
ripios viejos
de llantos derramados
anteayer.
En medio de la oscuridad total,
escucho el eco del silencio…
mi silencio…
que nunca será igual
o menor que el tuyo.
De pronto,
de la nada,
una gotera del techo
de mi memoria gastada,
me moja copiosamente la cara.
No digo absolutamente nada,
pero siento
un total desconcierto…
"No es suficiente con los escombros,
con la oscuridad,
también las fugas hay que soportar."
De pronto,
algo que brilla a lo lejos,
noto el replandor
acercándose cada vez más
a las sombras de mi prisión...
es la razón...
trae la luz para entender
mi situación.
Me tiende sus brazos,
la veo
y dudo por un momento...
no de buen agrado
me fundo en su pecho.
En medio del desahogo,
me detengo y comprendo
que estoy sola,
que no debo huir de lo que siento
bueno o malo…
es autoconocimiento.
Sé que debo disfrutar este momento,
a pesar de lo amargo
o desabrido que me sepa…
en silencio…
mañana será otro día,
habrá sol y calor en mi vida
y debo agradecer igual que hoy.