Nocturno I

Quisiera que comprendas mi triste agonía
quisiera que entendieras tan solo mi existir
mi vida es un vacío tan llena de heridas
que ya no queda nada que me ayude a vivir.
Es que al irte me dejaste profundas cicatrices
y aunque de mi te burlabas podía sonreír
no sé si fue mejor que te fueras o quedaras
porque al partir te llevaste mi alma y mi existir.
Ahora ando en las calles llorando y cantando
la gente que me observa se compadece de mí
diciendo: pobre hombre, ¿Por qué no será dichoso?
Es que la gente no sabe lo que es sufrir por ti.
Y aún en mis noches frías el sueño ha partido
mi mente no descansa, vive pensando en ti
te pido en nombre mío, por favor, te lo pido
devuélveme mi risa, mi vida, vuelve a mí.
Amor de siempre, ¡Vuelve!, ten compasión de quien te ama
sin ti yo ya no existo, vago como un fantasma
que vive por vivir, que ríe por reír
tal vez cuando conviene, la realidad me espanta y vuelvo a refugiarme en mi fantasía febril.
En nombre de lo nuestro te lo pido ¡vuelve!
en el nombre sagrado de nuestro más puro amor
vivido en el pasado que solo tú destruiste
marchándote una noche, tal vez sin despedirte
porque otro nido encontraste donde alimentar tu amor.
No sé si haga bien al pedirte que vuelvas
pero sin ti, ¿Qué más me espera?
Dime… ¿Qué más me da?
vivir es mucho premio para este pobre méndigo porque al marchar te llevaste hasta mi propio existir.
Las flores que sembraste también se han marchitado
como mudos testigos, no quieren retoñar
también nuestros amigos temen hacer la pregunta
pero en el fondo se burlan y se compadecen de mí.
¿Recuerdas la mascota que compramos en marzo?
¿El perrito tan lindo que te hacía delirar?
Lo compramos la tarde de cumpleaños
Anda toda la casa, te busca y no estás.
¿Será que ellos tienen más amor que nosotros?
¿Serán los animales más sensibles al amor?
en esta noche bohemia que te escribo esta carta las golondrinas trinan, y yo sufro por ti.
Yo no quisiera nunca que llegara un nuevo día
otra vez el tormento, otra vez el sufrir amor si tú volvieras, ¡Te juro!, te prometo
que toda la vida no bastaría para hacerte feliz.
Marco Senmache Rodríguez
Maser - Perú