Que importa lo que dije… ni lo prometido,
si mi condena es no tenerte aquí conmigo.
Nada me consuela, oídme lo que te digo…
de haberme vuelto estoy arrepentido.
La noche me condena, en la tremenda soledad,
soñoliento amanezco, sin poder dormir,
estás presente en mis sueños, no puedo redimir.
Tenso espero a mi flor que alumbre la oscuridad.
Imposible lo sé, pero no puedo remediar,
estás en mi mente, también en lo que rodea,
amar supe contigo, haré lo que tu desea.
De tu amor nada ni nadie me harán renunciar.
Bien de mi vida, solo en ti hallé consuelo,
y dejó de sufrido el corazón, que vivía en desvelo.