Clame muchas veces por tu presencia, pero no podía desvelar
debilidades debía acallar, es que orgullo mezquino esta primero,
ante aparente insignificancia obstáculos intrascendente o efímero,
recurriendo a artimaña absurda de ninguna manera podría debelar.
Lejano de aquel tiempo jamás sabría si fue mejor o peor aquella decisión,
de seguir junto obligado por pretensiones, sería una locura imperdonable,
solo deseaba que la suerte estuviera siempre en tu destino inquebrantable,
también dije gracia por lo que compartimos juntos, (no cabe lugar a omisión).
Jamás sabré si obre con justicia o solo hipocresía paradójica o despecho,
deje que siguiera el curso la aguja del reloj, marcando cual insomnio,
recorriendo la esfera del destino, en que te toca trazar un soplo en el mío.
Ya en mí vasta vida, aquellos latidos de tu corazón que golpeo sobre mi pecho,
aun no basto para olvidar momentos memorables y apacibles de dichas infinita,
delirio de las delicias de nuestra juventud exuberante y la entrega sin incógnita.