Si perdiera su tono me partiría en dos
y quien podría vivir con la mitad sin corazón,
quien podría cruzar el impaciente espacio
sin los brazos que abrasan al sol,
y que cara pondría Violeta sin los besos de la abeja,
volvería a ser Verónica de Persia
o un Arándano perdido en la pradera.
Un rio de China nos divide
pero nunca más cerca y nunca más lejos,
somos una sola llama en el templo,
somos más yo con vals de viento,
cuando nos abrigamos con mantas de cielo,
somos más tú cuando nos envuelve el silencio,
cuando nos contagia el sol con su sueño.
Seguiremos siendo caballos de un sólo color
mientras sigamos buscando la noche por el suelo,
pero si me pintas unas alas con tu piel de fuego
yo te grabaré un cuerno en la frente con mi cara fría,
tú buscarás en el bosque una paleta para cornear
y yo peces para mezclar con el agua de mar,
y así nos uniremos al gran teatro de la noche
interpretando la aurora boreal.