Descubrí mil notas
en el teclado.
Escribí la sinfonía
de esta vida.
Escuche los acordes
de mi alma,
y los reuní en torno
a mi garganta.
Inicie mi canto
desafinada,
al correr del tiempo
ya el tono mejoraba.
Seduje al gorrión
y al jilguero,
para hacer un coro
de amor sincero.
Le rogué al silencio
que me otorgara,
solo un minuto
para que me escuchara.
Y sin darme cuenta,
el me cortejaba;
Y entre sus brazos,
dulcemente, me acurrucaba.
Hoy el silencio
me tiene hechizada,
y sin haberlo buscado. . .
gozo de el, enamorada!!
AROMADEMUJER47