Junto a un escritorio,
sentado en su sillón
fumándose una pipa,
vuela lejos su corazón.
Sueña el poeta
Que es un niño aún,
Sin darse cuenta que
Ya pasó su juventud.
Desea escribir y no puede
Ya sus manos arrugadas,
Escribieron tantos versos
A los que puso un día alas.
Triste para él es verse
Tan viejo y estorbo,
Piensa que es un mueble
Todo cubierto de polvo.
Deseaba tantas veces
Poder saber volar
Pero solo vuela su mente,
Y lo hace en soledad.
¡Pobre viejo poeta!
Ya no le queda nada,
De nada tiene ilusión,
Sólo espera que el tiempo
Pase en su viejo reloj.
La felicidad le abandona,
Un día el amor,
La soledad le acompaña,
Sin separarse del dolor.
¡Pobre viejo poeta!
En unos años glorioso,
Después olvidado
Dime si ha merecido
El tiempo al amor dedicado.
Tantos momento de escribir
Lo que sentías y pensabas
Y después para otros,
Sólo unas palabras.
¡Pobre viejo poeta!
Acompañado por silencio,
¡Pobre viejo loco!
Tu juventud pasó, y ahora
Te encuentras solo.