Una simple llamada
Hoy escuché tu voz, amiga mía,
fue como darle música a mi oído,
y mirando sin ver, he presentido,
tus ojos plenos de melancolía.
Nos dijimos apenas pocas cosas,
pero con un significado intenso,
las palabras sobran a veces, pienso,
alcanzan unas pocas, afectuosas.
Nuestras almas al conectarse, ríen
pensando en el reencuentro afortunado,
el culpable de todo, fue el acaso,
ha de venir el día en que se líen,
el momento aún no ha llegado,
de confundirnos, en un gran abrazo.
® Susana Valenzuela 5-09-09