(nueva versión)
Tus ojos son tan hermosos
que hasta Dios en ellos brilla
si en la tarde la marea
inunda tu azul pupila.
Si alguna vez, por tu alba o rostro, fuera famoso
quisiera ser llamado poeta de tus ojos.
Y que tus lágrimas por mi ya fueran mi nenia,
para quien tanto intentó dibujar tu belleza.
Si alguna vez, por tu hado o lloro, fuera penado
quisiera ser enterrado hondo bajo tus ojos.
Y que tú me cubrieras de tu fiel mar turquesa,
para ahogar de puro gozo tu larga pena.
Si alguna vez, por tus dos ojos, fuera famoso
quisiera ser olvidado de lleno en tu elogio.
Y que, silenciosa, desgranaras tú la cuenta
de los largos días pasados sin mi presencia
para, juntos, borrarlos cuando a ti ya volviera.