Llegó en silencio, sin apenas percibirlo,
en su cuerpo escondía la pasión,
se fuè adueñando uno a uno de todos mis sentidos,
supo como sanar mi corazón herido
y en poco tiempo se robó mi corazón...
Me envolvió en las redes del silencio,
me durmió con sus dulces embelezos,
me atrapó en su dulce telaraña,
con esa dulce y suave palabra que engaña
y me creí la promesa de aquel beso...
El regó sus aguas por todos mis senderos,
se adueñó con caricias de todos mis caminos.
Aposentó en la hendidura de mi nido,
su deseo, su pasión, su orgullo erguido
y se hizo dueño de todo mi destino...
Viví en sus fantasías un bello tiempo,
por sus valles de ensueño recorría,
me elevè a los espacios de su cielo,
fuè mi dios, fuè mi luz, fuè mi consuelo,
pero hoy ya lo entiendo, solo fuè Poesía...