Crueldad máxima que inunda mi ser,
oscuro tormento que paraliza mi cuerpo,
soy un árbol seco sin hojas en un desierto,
una triste mariposa que vuela en el océano,
porque un día abriste tus alas para escapar,
condenándome en esta oscuridad.
Me siento como un niño chico,
que va en un solo sentido,
de compañera esta la soledad,
que me encierra en la cárcel de la agonía,
donde pasare el resto de mis días.
Siento como un frió recorre mi cuerpo,
nublando mis pensamientos y sentimientos,
amarga estocada que me desgarra el alma,
consumiéndome hasta las entrañas,
recordar todo lo que fui para luego decidir,
que en algunos momentos prefiero no vivir.
Pero la soledad no es tan mala amigos míos,
siempre y cuando este acompaña de un frió vino,
la soledad nos enseña a meditar,
y demuestra que nada va durar,
lo que mas queremos pronto lo perderemos,
pero siempre estará nuestra amiga, la soledad.
Titulo Original: La soledad
Carlos Fausto.