Tú, El Redentor que vive en mi alma
y bendice mi corazón, aunque esté
lleno de errores, aún así, siempre
perdonas y doy gracias de ser fiel
a tu "Santa Grandeza", cuando has
derramado tu sangre, por la salvación
de ésta, mi alma pecadora.
Por siempre te amaré y vivirás dentro
de mi y tus pies humildemente lavaré,
y besaré, porque eres dueño de mi alma.
Por eso quiero siempre pertenecer a tu
rebaño, tratar de seguir tus designios,
amando a mi prójimo, como fue tu legado.
Nuevamente me encuentro recorriendo
tu calvario, cargando una cruz que nunca
debiste llevar y en ella dejaste, te humillaran
y crucificaran, para mi eterna salvación.
Me siento angustiada, al revivir el flagelo
que sufriste por nosotros, los pecadores.
Y entre lágrimas y regocijo me encuentro,
adorando arrepentida, tu cruz, y alabando
por siempre tu resurrección.
Por los siglos de los siglos Amén.
Paz y Bien para todos
Horizontesazules
17/04/2019