Imaginate mi corazón latiendo a tu lado
bajo un pinar de eternas golondrinas,
y un manto de verde fresco y soleado
con tus ojos miel que mis ojos imaginan.
Imaginate el pasar las hojas de un calendario
sin verlas siquiera, sin contar sus días,
con una caricia inmensa que en varios
crespusculos yace, al morir su perfidia.
Imaginate mi voz en tu oído murmurando
esas frases que no escuchas en demasía,
con una palabra que vaya cantando
los compases etéreos de nuestra melodía.
Imaginate, amor, cuan grande te extraño
que escribo mis versos con tal algarabía,
que olvido de pronto mis cien desengaños
y aquellos mil besos que dejaste perdida.
Imaginate, amor, que en tal desventura
corrí a tus brazos buscando tu abrigo,
oasis de penas, que en tí no perduran
se corren despacio sin tiempo ni olvido.
Imaginate, amor, el mar en mis venas
las gotas cayendo en mi cuerpo perdidas,
Imaginate, amor, que ese oasis de penas
escurren muy lento, cuando amo tu vida.