Tu alma,
que no se extravía del camino,
para llegar a entrelazarse con la mía,
cada noche viviendo el mismo sueño.
Tu alma,
que toca tu música delicadamente,
en la penumbra de mi alcoba,
acariciando la mía,
arqueándola,
mientras tu boca vuela,
como un susurro,
recorriéndola entera,
esculpiéndola,
moldeándola a tu forma,
con las mieles de tu esencia
en un soplo de amor, pasión Y vida.
Suspiran, tendiéndose en las sombras,
bordando un lienzo de gemidos
cuando en mis brazos estrecho tu alma,
con la dulzura que acicala tu aliento.
Te acarician mis lagrimas,
con ternura,
en el momento,
que tu alma y la mía,
comulgan siendo una.