La suave brisa de una mañana cualquiera
me acerca una hoja caida
de aquel arbol que mira toda mi vida
y que hace tiempo sólo tiene ceguera.
Quizás, esa brisa en viento quisiera
y transportar esa hoja caida
en un beso con olor a primavera
y así diera color a mi guarida.
Sueños son, los sueños que sueño
y con el pañuelo en mi mano,
me limito a soñar el sueño sin dueño,
que se refugia en cualquier humano.
Me gusta tu beso, deseo tu beso,
me ofreces cariño, lo tomo
y adivino destino hermoso
para tan bello acto con color policromo.
Y mientras tu beso me llega,
imagino tu boca,
que en la mía delega
pasión, que no es poca.
Enrikt