Tú, la lagrima y el rocio,
la calma, la sed, mi delirio,
un amor incomprendido,
la fe.
Pequeño terron de azucar,
eres la brisa que me repara el alma,
el beso perdido, entre desvelos,
como se pierde la esperanza.
Tú la loca gana de amante, la mujer y mi sueño
de amar, de beber de tus labios el nectar,
sabio nectar de la vida,
susurro al amo de la noche, nostalgias, penurias.
Tú, el sueño del que no deseo despertar,
por que la vida te sego
y no ves el camino hacia mi,
o yo, en mi afan de verte y tenerte,
te pierdo en el instante que llego a amarte.
Tú mi bella dama y mi sueño de amor.