Aprendí a escribir las heridas en la arena,
para que el viento del perdón no pueda borrarlas.
Aprendí a no tener pechos de odios ni envidiar moradas ajenas,
Socave del alma,las cosas buenas para dejarlas.
Aprendí a escribir sobre piedras,
donde el viento jamás no borre nada de ellas.
Aprendí dentro de las sombras,
y en aquel silencio,el valor de cada unas de sus huellas.
Aprendí a entender muchas veces,
el porque del sol detrás de la espalda.
Aprendí a reconocer ¡Quizás tal vez!
en aquel espejo de mis propias baldas.
Aprendí a escuchar el llanto mio desde adentro,
y viendo cada gota hablando a mi rostro.
Con lo dulce y salado que nos da los dias,
Aprendí que mi vida es mía y no de otro.
Aprendí cada vez el alba de soñar,
no importa estar dormida o despierta.
Aprendí sin prisiones en mi amar,
Mios mis mares de ilusiones abiertas.
Aprendí a soltar los miedos,sin tener cobardía,
Aprendí a escribir un mundo de letras en poesía.
En un camino de sentimientos sinceros,
En cada estela de la vida a mi manera.
Aprendí que todo hay que darle salida.
SOL.