Atardecía en septiembre,
un día como todos de costumbre,
sin embargo algo obscuro aconteció
aquel día la ira florecía.
Como imaginar que un ser,
se convertiría en bestia,
y destruiría en segundos,
abrazos,besos y respeto.
Una celebración seria la causa,
del dolor y angustia inmerecida,
justos serian culpables,
y la bestia destruiría la amistad.
Los limites de la verdad,
son como los limites del amor,
se transgreden por el alcohol,
por los traumas de la niñez.
Los limites de la verdad,
son como un hilo fino de seda,
que se rompen con el espíritu,
bajo el engaño todo estaría perdido.
Aquel día el cielo se hizo negro,
ocultaba en sus entrañas la verdad,
hizo pedazos la pureza del alma,
convirtió la luz en obscuridad.
Dios nos enseñó a perdonar,
pero a la bestia es muy difícil,
el cielo perdona pero el hombre no,
es duro seguir en un desierto.
AUTOR: IVAN CARRASCO AKIYAMA /PSEUDÓNIMO: D_amadore