Tu nombre me sabe a nimbo. A nimbo ¡Tan esperado!. De un sueño fragil, chiquito que a mi vientre ha causado un canto de nueve lunas de noches con sobresaltos y un eco que ya no duerme que me va ilusionando, porque el tiempo que se acorta ¡De haber esperado tanto! Me va apretando cual nudo boca, garganta y manos, y en un contraste permiten que mis labios estén nombrando el nombre que has de tener desde el momento del parto, cuando solamente importe el milagro de tu llanto o el gesto de tu rostro con tus ojitos cerrados,
y al verte así, tan chiquito mi corazón alumbrado latirá siempre por ti, ¡Hijo!.Yo estaré a tu lado. No querré verte crecer y te tendré en mis brazos. Será el eterno deseo que en mi alma está grabado; mi boca será tu boca. Mi canto será tu canto. Y mi pecho será tu pecho
(Antes mi vientre fue tanto). ¡Oh!.Mi hijo, yo te espero con un nombre entre mis labios, estandarte de mi vida. ¡Con fervor yo voy deseando!.