Acórtame la duda
que el alma me calcina
y deshace la entraña de mis sueños,
vértigo que marea
mi suspiro indefenso
y anula la alegría
de estrella que se enciende
y exhala su misterio,
íntima la inocencia
sacramental asoma
por el batiente ritmo de mi pecho,
sangre, savia, cascada
¡ay, verdad encubierta!
¿Dónde mi nave encontrará su puerto,
mi llanto su consuelo,
mis labios su reposo?
¿En qué panales? ¿Cuándo...?
Eres o soy o tal vez somos ambos
desde lo más secreto,
la flor que empieza a abrirse
cabe la luz, esencia de los vientos
con su quietud silente
que el corazón recrea
donde el latido apenas se delata.
Labranza laboriosa que se forja
infinita e inmóvil
al ritmo sincopado de mis besos;
embelesada sombra
absorta en sus recuerdos
donde nada perdura
ni la imagen que frustra y que prosigue
su caminar intenso.
Acórtame la duda,
la muerte que se esparce
en la encallada nave de mis besos.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC