No lejos de mi casa, hay unas zonas arboladas.
Cada tanto recorro para disfrutar esas frondas,
y siempre quisiera estar de ti acompañada,
imagino entre mi mano la tuya, frágil y cálida.
También dibujo tu rostro en mi mente,
que hasta estando callada, alegría vierte.
En fin, no puedo quejarme, estás presente
en todas mis acciones, esa es mi suerte.
Pero en mi cuerpo quisiera sentir tu caricia,
si supieras amor, cuanto necesito tu presencia,
anhelo que tú lo sepas, deseo con vehemencia.
Pienso, teniendo a quien amar es una injusticia,
encontrarse sumido en la soledad, sin la presencia
de la mujer amada, añorándola desde la distancia.