Esta mañana me desperté
y mirando tu retrato,
dije: ¿porque me amas?
y repetí… ¿qué hice para merecerte,
¿por qué ocupo tu frágil corazón?
no sé… si sea yo la persona indicada
y creo que desperté en mí razón,
¿no ves que estoy vació?
como tronco sombrío,
ya sin savia ni ramas.
Ya ni siquiera suspiro,
soy una persona muerta en vida,
no pienso, no siento, no quiero,
ya no aprecio la belleza ni la dulzura,
ya no soy aquel chico que deseaba
conseguir todo con ímpetu y locura,
esa persona que inspiraba amor ya no esta
ese ser alegre de palabras agradables.
Si me vieras ahora,
desearía no haberme conocido nunca,
hasta yo me desconozco,
de veras te digo, mis ojos ya no quieren mirar,
los tengo sin brillos ni colores,
la sonrisa ya no aflora en mis labios,
que ayer nada mas, eran como flores.
De qué sirve quererte, ni quererme,
pero de haberme amado te agradezco,
no tengo nada que ofrecerte,
retenerte es inútil, no sufras al dejarme.
Pequeña… te deseo lo mejor,
obviamente a mi lado no tendrás.
Adiós… ya no me ames.
Autor: Alcibíades Noceda Medina