He vuelto a mis pesares
despues de un poco de calma.
Pero nada dura bastante,
para cicatrizar tanta herida,
tantos males.
Se agolpan y sobresalen
por arriba de todo limite
y cuanto mas los odio
ellos mas me quieren.
Perros como cuervos,
que tienen lo fiel y lo sieniestro,
dia y noche
ladrandome sus oscuras canciones.
Conozco su vil proposito,
deseperanzarme, hundirme, ahogarme.
Donde esconderme de su abrazo,
en que oscuridad valdia,
en que desierto tetrico,
llevarles y echarles a un pozo
negro como mi suerte.
Pero no he de librame,
no he nacido yo para la alegria.
Para libar aunque sea un instante
la pura felicidad un segundo.
Es mi destino sufrir,
es mi condena injusta,
pero asi es la vida.