(Para ser cantados con humos de Toé
y entre cerbatanas heridas)
Siento tu hambre
no acabar
tus crudas horas
perpetuar
prisioneras miradas
en alma de voces-circo
danzas en pliegues
de sudor y llanto
músculos a estatuas afinadas
en esos ojos asesinos
patagónicos
olvido del grito primitivo
caño en días ancianos
noche negra noche de la utopía;
en medio de éste agudo sentimiento
alguien dice, es tu norte…
y allí,
en aquel recodo, sigues tú,
discóbolo de perfumes:
sal,
miel,
y hiel de su propia hiel.
Es tu andar…
cazador repleto,
golpeteo en martillar ignoto,
conciencia
sin conciencias,
semillas del cadalso y fuego,
hijos del grito primitivo
de mis dioses
de tus dioses
de mis mundos
y tus mundos
que son mundo de mi mundo.
Bento Gonçalvez, 5 de octubre 2006
XIV Congreso Latinoamericano de Poetas (Brasil)